Si, existe una forma de entender esto,
comenzando por el final.

XV.I.MMVIII



Magister dixit:
¡Homo viator!

Eclecticismo necesario,
que no suficiente,
que no contrario,
al propio testimonio,

Dura negociación,
horizonte ampliado,
indígena transformado
por alusiones librescas,
a fin de cuentas, artificiales.

Biografías ideales,
doctores llamados a consulta,
rutinas técnicas.
¿Valores o sabores?

El maestro de la vida recuerda,
¡Homo viator!
¡Homo viator!
¡cansándonos los oidos!
que ya son sordos,
entre tanto ruido.

Sabe del corazón,
sabe de la palabra,
y no olvida que es real su poder
sobre los demás miembros...

¡mágia! ¡metamorfosis!
creándose así
todo arte

¡inevitable drama!
¡libertad exasperada!
¿no ha perdido la paciencia
ante el bonito fin
de doblarse a la razón?

¡ay! ¡cuando se pretende
justificar el sacrificio!
inútil apuesta
para sostener
el ego de la épica.

Vano es someter la razón
a la libertad
y vano es someter
la libertad a la razón.
Todo transformado
en sucesión de días,
de horas,
en sucesión de luchas,
¡batallas sin vencedores!

¡ay!
¡ay de los ojos que pueden ver!
y no quieren dejar de mirar.

Perdidos los trazos que definen las siluetas
queda reducida la pintura
a un baile de colores
y muda habla a los oídos
con todas las palabras
sin pronunciar ninguna.