Si, existe una forma de entender esto,
comenzando por el final.

III.I.MMVIII


¡Odi profanum vulgus!
Pensadores de la vulgaridad
¿vendéis algo de lo que no me quiera liberar?
artistas de la vulgaridad
¿sois capaces de suscitar en mi una sola sensación
que no sea hastío?

Ansiosos de famas,
poderes,
posesiones,
inteligencias manipuladoras,
sois los primeros
esclavos obedientes
¡prescindibles!
vuestra razón se vuelve torpe,
rígida,
abusiva.

¡Ya cantan los poetas liberados
de los falsos dioses!
¡crecen sus palabras sin complejos!

Nada se perdería
si vuestra apreciada
y contaminada obra
desapareciese,
consumida,
arrasada por el fuego,
de las miles de mentes libres,
capaces de crear
por el amor a crear.

Nada hay en vosotros
que iguale
la verdad que esconden
las palabras sinceras,
juntadas con la belleza,
del aficionado que
solo habla por hablar,
que es al hablar,
y que al hablar escupe
todo lo que no quiere ser,
todo vuestro engaño,
todo lo que representáis,
todo lo que imponéis,
todo lo que comercializáis,

y cuanto más escupe,
más libre se vuelve,
y más hay donde copiar
de donde aprender,
de donde conocer.

Vosotros también podéis copiar...
copiad malditos, copiad
que en vuestra boca,
las mismas palabras,
suenan distinto.
La vulgaridad se reconoce
por que tiene copyright.

Todo puede volverse a escribir.
A poco que la razón mire
el significado de vuestras palabras,
se hacen visibles vuestras cadenas;
acaso ya,
ni siquiera el odio merecéis.
Quien quiso poner fin a la historia
camina para convertirse en historia
¿sois tenidos en cuenta?

Y ...
conocemos el drama
y
conocemos sus actos
¿el desenlace?
Cosa curiosa que la libertad,
en este momento no tenga fe,
solo cadenas que romper...
¡frases nuevas que componer!