Todo retorna
una y otra vez,
desde el dia
que la percepción se liberó.
El mundo ya no está quieto,
la copia de la realidad
ahora viaja por mi mente,
adquiriendo pinceladas nuevas
al compas del tiempo, que se sucede
como reflejo de las agujas de un reloj.
Acaso ni mi cuerpo es mío,
cambiante a cada respiración
a cada latido.
La necesidad de razones
ha desaparecido,
tan inútil ahora la razón,
como la fantasía primigenia,
me rodea de mitos,
que no son mios.
Mis adorables demonios,
mis terribles dioses...
¿donde habitan ahora?
fueron fuego ayer,
¿serán fuego en el agua?
fuego en el agua
del rio del recuerdo
No hay lógica que resista,
el embite de la realidad,
sin un acto de fé.
Y me encuentro sólo
por no creer.
